Este libro de casi 800 páginas se publicó en enero de 2016. Thomas Klein es físico y el Dr. Raimund von Helden médico, este último también es el papa alemán de la vitamina D. Solo las referencias ocupan 216 páginas. Las afirmaciones que en él se hacen están, por tanto, bien investigadas. Y no son para menos, ya que desmienten una vez más ideas preconcebidas sobre los procesos de nuestro organismo.
Por cierto, el flúor pierde su condición de sustancia esencial. Esto significa que todo el mundo puede llevar una vida sana sin flúor. En cambio, se presenta en detalle la toxicidad de esta sustancia química, que se aproxima fácilmente a la del plomo o el mercurio. Fluoretes para niños pequeños: Fuera. Los dientes se endurecen incluso sin flúor. Pasta de dientes con flúor. Para mí está muerta. Sal fluorada de todos modos.
El hueso es un órgano vivo. El 30% del hueso está formado por proteínas. 67% de hidroxiapatita, una sustancia hecha de calcio y fosfato. 3% de otros minerales y oligoelementos. Los hidratos de carbono no están incluidos. El cuerpo construye el hueso en función del impacto y la resistencia a la tracción de la carga habitual. Lo mismo ocurre con cualquier remodelación. Por lo tanto, la sustancia ósea se descompone y se acumula constantemente a cualquier profundidad. Es imprescindible que la acumulación no vaya por detrás de la descomposición. De lo contrario, perdemos sustancia ósea, nos encogemos, nos volvemos frágiles y decrépitos. El cuerpo tiene buena voluntad y, si le proporcionamos todas las materias primas necesarias a lo largo de la vida, mantendrá nuestro esqueleto en buenas condiciones hasta el final de nuestras vidas. Por desgracia, si sólo falta una sustancia, esto no ocurrirá.
¿Quiere saber si sus huesos siguen en buen estado? Una densitometría ósea no sirve para eso. Sólo mide el peso de los huesos y no dice nada sobre su resistencia a la rotura. Tampoco existe ningún otro método técnico para evaluar la calidad de sus huesos desde el exterior. Pero hay una prueba sencilla: siéntese en el suelo desde una posición de pie y vuelva a levantarse sin utilizar los brazos, las manos, las rodillas u otras partes del cuerpo. Si puedes hacerlo, obtienes la puntuación máxima de 10 y puedes suponer que tus huesos están sanos. Por cada parte del cuerpo que se utilice, se restará un punto. El entrenamiento está permitido. Si su puntuación es de un solo dígito, aquí vienen las buenas noticias. Comiendo bien y haciendo ejercicio de una forma que te haga resoplar y suponga una buena carga para tus huesos, no sólo puedes mantener tus huesos sino mejorarlos hasta bien entrada la vejez.
¿Cómo debe alimentarse? En pocas palabras: Verduras, verduras, verduras, carne, carne, pescado, fruta, en esta composición. Más no es necesario o incluso es perjudicial. Así que nada de cereales, ni leche ni sus derivados. El hueso necesita estas sustancias en particular: Zinc, silicio, vanadio, cobre, manganeso, boro, selenio, cromo, vitaminas B 1 a 12, C, D, E (en todas sus variantes), K, carotenoides, flavonoides (especialmente en las ciruelas), glutatión, coenzima Q10, carnitina, ácido alfa lipoico, Calcio (pero no demasiado), magnesio, fosfato, bicarbonato (utilizado para descomponer las sustancias nitrogenadas del metabolismo de las proteínas), grasa de coco, aguacate, oliva y mantequilla, también DHA y EPA. Son perjudiciales: Estrés oxidativo y nitrosativo, fructosa, alcohol, flúor, plomo, cadmio, mercurio y aluminio. El hierro, el calcio y el fosfato son necesarios, pero no en exceso.
Así que eso es sólo lo que te he dicho. Por supuesto, los circuitos de control se describen detalladamente en el libro. Me gustaría escoger aquí uno de ellos como ejemplo para ilustrar la complejidad de las interrelaciones naturales: El magnesio es necesario para la absorción activa del calcio en el torrente sanguíneo. El magnesio se encuentra en las verduras. Éstas suelen estar muy abonadas con potasio. El potasio compite con el magnesio cuando se absorbe a través de la raíz de la planta. A la planta le resulta más fácil prescindir del magnesio, pero necesita potasio para crecer, que se absorbe preferentemente cuando está disponible. Así, las hortalizas tienen cada vez menos magnesio, lo que es perjudicial para la absorción del calcio por nuestra parte. El abono potásico favorece así la osteoporosis.
"Los cereales carecen de importantes nutrientes, minerales, vitaminas y antioxidantes. Los cereales contienen pocas proteínas y además de escaso valor, con un perfil de aminoácidos desfavorable." También dice en la página 335 que los cereales contienen mucho ácido fítico. Este aglutina minerales y nuestro sistema digestivo apenas puede utilizar estas sustancias aglutinadas. Durante la germinación, los minerales se "liberan" y quedan disponibles para la digestión humana. Lo mismo ocurre en la fermentación original de la masa madre. El propio ácido fítico es incluso útil, ya que ralentiza la descomposición de los huesos. Pero hay suficiente ácido fítico en las verduras para este proceso.
La vitamina K2 MK7 es una sustancia especial. Se puede utilizar incluso para reducir el endurecimiento de las arterias. Este es probablemente el factor X de la mantequilla descrito por Weston Price.
El bicarbonato también tiene una importancia destacada. Se encuentra en las verduras. La metabolización de las proteínas produce residuos ácidos nitrogenados que el bicarbonato neutraliza y elimina fácilmente. Por lo tanto, la carencia de bicarbonato provoca hiperacidez. Comer bicarbonato así no es una buena idea. Neutraliza el ácido del estómago. Utilice citrato en su lugar. Así conservará sus reservas de bicarbonato.
Hormonas: La ingesta de hormonas ya preparadas no conduce al éxito. El estrógeno y la progesterona son perjudiciales para usted. Dé a su cuerpo las sustancias que necesita y éste fabricará sus propias hormonas en la medida necesaria.
La medicina ortodoxa también tiene muchas sustancias que supuestamente ayudan. Pero no lo hacen. El libro demuestra que los bifosfonatos, el denosumab, la teriparatida y también el estroncio son brutalmente perjudiciales para la salud. Además, hay muchos medicamentos que provocan osteoporosis: Cortisona, anticoagulantes, antidepresivos y muchos más.
Si te encuentras por ahí arriba, sin duda merece la pena comprar este libro. En él se recopilan los últimos descubrimientos científicos de forma probatoria y se ponen en un contexto generalmente comprensible.